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miércoles, 31 de agosto de 2016

Mi Amor Platónico

Hola gente y amigos que siguen y leen mi blog, ¿Cómo les va en este día/noche? Yo ando un poco pensativo sobre algo que pasó hace algunas semanas atrás. Hoy en la presente entrada vengo a comentarles sobre mi experiencia que les contaré a continuación. Sin más preámbulos, comencemos:





Estaba yo en mi casa, solo en la tarde de un día de julio, de vacaciones. De repente se me ocurre entrar a mi cuenta personal de Facebook - que no les diré cuál es - y decido mirar al chat para ver quien está conectado para hablar con alguien - mejor dicho alguien en concreto -, en fin; buscando a ese ser viviente para saber si estaba conectada; en efecto, dicha persona lo estaba. 


Comencé a chatear con ella, hablando sobre temas de la vida normal de adolescentes - obviedad al extremo -. Siguiendo con el tema de que conversábamos sobre varios tópicos, Llega un punto en el que pienso como hacerle la pregunta, que muchos ya supondrán cual es. La situación comenzó a ponerse tensa, al menos para mí; el corazón palpitaba a millón debido a los nervios que tenía en aquél preciso momento. Hubiese querido saber cuanto antes la esperada respuesta. Arrivo la ocasión para escribirle lo que hasta el momento no había hecho.


Para no ser tan despectivo, diré esto así: primero "lancé" la típica pregunta redundante "¿Puedo hacerte una pregunta?" antes de hacer la verdadera cuestión. Fue entonces donde estuve más nervioso de lo que esperaba. Esperaba su respuesta y parecían horas el tiempo que pasaba sin ver su contestación. Al fin, al cabo de un largo rato, llegó la respuesta de la muchacha con la cual había estado hablando. Ahora mis nervios estaban al limite, mi corazón latía cada vez más rápido hasta que me digne al abrir la ventana del chat.


¿Cuál fue la respuesta? preguntarán algunos. Para mi sorpresa la respuesta fue negativa, diciendo que tenía ya una relación. Al principio impactó, pero poco a poco pude superarlo y acá estoy contándoles la anécdota, un mes después de aquello. No me arrepentí de haberle pedido el noviazgo, no lo he superado del todo, pero aca estoy.


Bueno, espero que haya sido de su agrado la anécdota que les conté. Puede que muchos se hayan identificado un poco con la historia y otros no. Saludos y hasta la próxima entrada

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